Una Villa y su escuela
Un lugar lleno de conocimiento se establecía
todos los días en la pequeña sala del Cabildo de Luján para brindarles a los
niños de la Villa las herramientas necesarias para formarse moral y éticamente como
un ciudadano sensato y razonable. Creado en 1773, este establecimiento fue la
primera escuela pública que existió en el actual territorio de la provincia de
Buenos Aires. El primer maestro fue el señor Miguel Jerónimo Benítez, y era el
encargado de enseñarle a los alumnos las reglas básicas del aprendizaje: leer, escribir,
contar y la doctrina cristiana.
Esta escuela fue creada para alfabetizar a los
hombres que luego ocuparían cargos administrativos
en el Cabildo o dirigirían la unidad de caballería Blandengues, que defendía la
frontera.
Desde 1795 ese lugar de aprendizaje se
estableció en un cuarto del nuevo edificio de la Casa Cabildo. Allí funcionó
hasta el año 1823, cuando fue trasladado a una habitación del santuario.
En aquellos tiempos la niñez duraba pocos años
debido a que a esa edad comenzaban las obligaciones que los integrarían al
mundo de los adultos. A pesar de que las escuelas que existían eran abiertas
para ricos y pobres, los niños de familias adineradas obtenían mayor educación
ya que eran enviados a las universidades europeas. En cambio los varones que pertenecían a
hogares de menor recurso eran enviados a trabajar.
Los registros de la época demuestran que las
niñas no corrían la misma suerte. Ellas eran educadas para empezar a
desarrollar las habilidades que las prepararían para su único destino: el
matrimonio. Sin embargo, las chicas de las clases alta y media estudiaban unas
escasas letras, mucho bordado, costura y música.
Un ejemplo claro es el del General José de San Martín, quien a los 12
años ya combatía en España. Su mujer,
remedios de Escalada, contrajo matrimonio a los 14 años. Tanto es así que todos, sin excepción, a los trece o catorce años ya
estaban ocupando el rol de los grandes.
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